Aumento de protestas sociales complican al Gobierno

En Áncash, Antamina sigue paralizada. La Defensoría alerta que en el norte y la selva también hay conflictos sociales. La CONFIEP y la Sociedad Nacional de Industrias repelen cualquier tipo de violencia en los paros. CGTP pide que se reflexione sobre la causa de esta turbulencia.

Grupo de ciudadanos se encuentran protestando en contra de la minera Antamina. Foto: Lima Gris

El Gobierno aún debe contender con siete conflictos sociales en diversas regiones del país, que durante los últimos días, han tomado un camino violento.

En Áncash, la compañía minera Antamina tuvo que suspender sus actividades debido a las protestas de los ciudadanos de la Comunidad de Aquia en medio del corredor minero, quienes denuncian que la empresa usa de manera ilegal su territorio y que ha generado contaminación ambiental. Este paro por parte de la población data del 24 de octubre.

Mientras, que en la selva de Loreto, ayer se cumplieron 27 días desde que las instalaciones de la Estación 5 del Oleoducto Norperuano de Manseriche fueron tomadas por 150 ciudadanos dentro del marco denominado como paro amazónico.

Respecto a las protestas sociales mencionadas, la CONFIEP rechazó cualquier tipo de violencia que se ha producido. “Lamentamos profundamente que frente a estos actos vandálicos no exista una condena explícita ni una reacción oportuna por parte del Gobierno”, señalaron en un comunicado.

Gerónimo López, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), sugirió analizar el contexto y las razones del descontento de los pobladores.

“No está justificada, pero hay que ver a fondo si las empresas hacen construcción social”, enfatizó.

Fuente: La República