Físicos de la universidad de Harvard prueban un nuevo estado de la materia
- enfoque alanoticia
- Dec 4, 2021
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Este estado de la materia llamado líquido de espín cuántico ya fue teorizado hace 50 años por el físico Philip W. Anderson, pero recientemente se ha podido materializar hasta el nivel de tocar y manipular.

El trabajo se describe en un nuevo estudio en la revista Science y marca un gran paso hacia la posibilidad de producir este estado elusivo bajo demanda y obtener una comprensión novedosa de su naturaleza misteriosa.
El líquido de espín cuántico, contrariamente al nombre, no tiene nada que ver con los líquidos cotidianos como el agua. En cambio, se trata de imanes que nunca se congelan y de la forma en que giran los electrones en ellos.
En los imanes regulares, cuando la temperatura desciende por debajo de cierta temperatura, los electrones se estabilizan y forman una pieza sólida de materia con propiedades magnéticas.
En el líquido de espín cuántico, los electrones no se estabilizan cuando se enfrían, no se forman en un sólido y cambian y fluctúan constantemente (como un líquido) en uno de los estados cuánticos más entrelazados jamás concebidos.
En la revista Science donde ha sido publicada la investigación, ha definido el estudio como un gran paso que marca la posibilidad de producir este estado elusivo bajo demanda y obtener una comprensión novedosa de su naturaleza.
“Es un momento muy especial en el campo”, dijo en un comunicado Mikhail Lukin, profesor de física y codirector de la Harvard Quantum Initiative (HQI) y uno de los autores principales del estudio. “Realmente puedes tocar y pinchar este estado exótico y manipularlo para comprender sus propiedades... Es un nuevo estado de la materia que la gente nunca ha podido observar”.
Las propiedades exóticas de los líquidos de espín cuántico podrían ser la clave para crear bits cuánticos más robustos, conocidos como qubits topológicos, que se espera que sean resistentes al ruido y la interferencia externa.
“Eso es un sueño en computación cuántica”, dijo Giulia Semeghini, becaria postdoctoral en el Centro de Óptica Cuántica Harvard-Max Planck y autora principal del estudio. “Aprender a crear y utilizar esos qubits topológicos representaría un gran paso hacia la realización de ordenadores cuánticos fiables”.
Fuente: El Comercio
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